Educar sin gritar by Alba Castellví Miquel

Educar sin gritar by Alba Castellví Miquel

autor:Alba Castellví Miquel
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Padres e hijos, Divulgación
publicado: 2018-01-06T23:00:00+00:00


LOS LÍMITES Y LAS FRUSTRACIONES

La emergencia de las frustraciones

Cuando alguien o algo nos impiden hacer lo que querríamos, nos sentimos frustrados y contrariados. Según crecemos y nos acostumbramos a esa circunstancia, vamos adaptando a ella nuestro modo de reaccionar y situamos nuestra frustración dentro de los límites de la cordialidad y el diálogo para intentar negociar. Pero cuando somos pequeños y llega la frustración, a menudo va acompañada de una reacción negativa en forma de resistencia, insistencia, y hasta de «lucha armada» (gritos, ruido...). ¿Cómo podemos hacer, los adultos, para acompañar a los pequeños en la tolerancia de la frustración? ¿Cómo podemos ayudarles a reaccionar de un modo más tranquilo? ¿Cómo podemos echarles una mano ante la contrariedad de ver cómo se les impone nuestro criterio?

—Esta noche quiero quedarme a dormir en casa de Mari.

—Esta noche no puede ser.

—Quiero que venga Josean a jugar.

—Hoy no es un buen día.

—Hoy no quiero ir a entreno.

—Pues tienes que ir.

Lo que nuestros hijos desean no siempre puede ser ni siempre debe ser. Por lo cual, si el ataque contra la frustración llega en forma de rabieta, tenemos que estar preparados para resistir con entereza. De esto trata este capítulo. De todo esto y de cómo hacerlo para evitar las pataletas en vez de tener que sufrirlas.

Para poder aprenderlo, primero es necesario analizar el «fenómeno» de las pataletas: ¿por qué los niños tienen tanta afición a ellas? ¿Por qué son más proclives a ellas en casa que fuera? Será igualmente necesario que nos empapemos de la importancia de decir que no, para así prepararnos para ayudar a los niños y niñas a soportar la frustración y hacerle frente de un modo que les permita crecer y hacerse fuertes.

¿Por qué a la familia «nos tocan» más pataletas?

¿Os habéis preguntado alguna vez por qué nuestros hijos hacen muchas más pataletas en casa que en la escuela?

La frecuencia de las pataletas de un niño está directamente relacionada con el beneficio que saca de ellas. A la larga, nadie hace nada que no le comporte ningún tipo de beneficio. Sería una pérdida de tiempo y un derroche de energía, una absurdidad. Sí, los hijos hacen pataletas porque obtienen de ello algún fruto, y nosotros cedemos porque también obtenemos un beneficio al ceder. Veamos con detalle este mecanismo, para poder deducir después fácilmente cómo podemos desactivarlo.

Cuando un niño o niña se arranca en una rabieta ante una contrariedad que se le plantea, invierte una gran cantidad de energía. Energía corporal y energía emocional. Se esfuerza con recursos muy enérgicos a mostrar su disconformidad, a reivindicar su deseo y también a... hacernos sentir mal. Esta puede parecer una afirmación de persona malpensada, y está claro que no es agradable suponer que los hijos, que nos aman, nos intenten hacer sentir mal. Pero es así. Una de las formas de que disponemos los humanos para conseguir lo que deseamos es presionar psicológicamente a los que pueden proporcionárnoslo, y uno de los medios más efectivos de presión psicológica consiste en provocar sentimientos de culpa.



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